Ars et labora presenta Los trabajos del arte




El proyecto Ars et Labora se plantea como una propuesta de observación, investigación y pensamiento alrededor de las situaciones y las estrategias del trabajo, la producción, la gestión y la visibilidad del arte y la cultura contemporánea, especialmente en nuestro ámbito próximo, el andaluz.

Por cortesía de Ars et Labora presentamos esta su primera producción que incluye entrevistas con Ángel Luís Pérez Villén (comisario y crítico de arte), Antonio J. Alcaide (comisario), Lola Marín (Proyecto Lunar), María Cañas (artista), Tete Álvarez (artista), Fernando Bono (productor cultural), Pablo Suárez (Dirección Gral. de Museos-Junta de Andalucía), Elena Sacchetti (antropóloga, Centro de Estudios Andaluces), Jesús Palomino (artista), Laura Calvarro (artista y productora cultural), Oscar Fernández (comisario) y Pablo García Casado (Filmoteca de Andalucía.
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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
muy interesante
caballano ha dicho que…
Interesante, es verdad, pero lo que ha dicho Tete A. es muy importante. Piensen.
Un saludo
Anónimo ha dicho que…
tampoco la Cañas se queda corta.
tt alvarez ha dicho que…
Para mí es un tema que me interesa muchísimo. De hecho "Retrato de artista trabajando" la videoinstalación que se ha podido ver en "Desdibujados" versa específicamente sobre este estado de cosas. En un texto preparatorio de la obra escribía que “la obra artística responde a un trabajo creador y éste debe ser cuantificado a efectos de su retribución”. “...Resulta un hecho habitual comprobar cómo el artista, primer eslabón de la cadena, es el único de los que componen el proceso de una exposición que no percibe retribución alguna en capital económico. El artista está pagado, como bien dice Juan Antonio Alvarez Reyes, en capital simbólico”.
"Por otro lado, las transformaciones acaecidas en la economía del arte en los últimos años, han producido cambios irreversibles en la naturaleza de ésta. Ya desde finales de los sesenta las prácticas artísticas muestran una progresiva tendencia hacia la desmaterialización del objeto artístico y por ende una transformación en el rol del artista que pasa de ser productor material a productor inmaterial. Esto hace que lo que era una actividad centrada en exclusiva en la venta del objeto se haya convertido en otra, basada en la circulación y distribución, más parecida a la practicada por otras disciplinas artísticas como la música y el cine y en las que resulta un hecho natural la retribución por la exhibición o reproducción de la obra”.
"Esta visión, marca la nueva perspectiva desde la que se ha de afrontar cualquier intento de redefinir las prácticas artísticas. En este sentido resultan muy enriquecedoras aportaciones como las manifestadas por la Societe Anonyme, un grupo de artistas y teóricos que mantiene que en las sociedades del siglo XXI, el artista no percibirá sus ingresos de la plusvalía que genera la mercantilización de su obra, sino que cobrará en función de los derechos asociados a la circulación pública de su trabajo. Ellos sostienen que la nueva economía del arte no entenderá más al artista como productor de mercancías destinadas a los circuitos del lujo en las economías de la opulencia, sino como un generador de contenidos específicos destinados a su difusión social.”