Sobre El patio de mi casa



Magdalena Atria en el patio de San Basilio 50. Foto: Ars Operandi

Redacción / Ars Operandi

La pasada intervención El patio de mi casa, realizada en nuestra ciudad entre los meses de octubre y noviembre ha deparado, en lineas generales, comentarios muy favorables desde todos los ámbitos, tanto en la opinión del público como de la crítica especializada. Desde Ars Operandi hemos realizado una encuesta, con el título ¿Qué intervención de El patio de mi casa te ha gustado más?, sin ningún ánimo competitivo, y que sólo refleja las opiniones de aquellos lectores que han votado, sin que necesariamente compartamos la opinión mayoritaria. Estos son los resultados:

El mayor número de votos, de un total de 61, ha sido para la pieza de Magdalena Atria, The ink mirror, con 16 votos (26% del total). La intervención en plastilina que la artista chilena realizó en el patio de San Basilio 50 recibió, en líneas generales, una muy favorable acogida. La unión entre una estética psicodélica y la tradicional azulejería andaluza conectó con los asistentes, que hicieron notar en sus comentarios la perfecta integración conseguida entre la pieza y el entorno.

En segundo lugar, con un voto menos y el 24% del total queda 2016 caracoles, de Fernando Baena. La intervención en la calle Pastora del artista de Fernán Núñez ha sido una de las más favorablemente comentadas. 9 votos (14%), han ido para la intervención de Cristina Lucas, Alicia de Córdoba. Su instalación en la Casa de las Campanas ha hecho las delicias de los visitantes, transportados a un escenario fantásticamente irreal.

7 votos, un 11% han ido para el brasileño Rubens Mano. Su instalación en el entorno de los museos Romero de Torres y Bellas Artes no ha pasado desapercibida, pese a su aparente falta de espectacularidad. 3 votos, un 4%, es lo que los lectores han otorgado a la instalación de Federico Guzmán, Jardín de plantas medicinales y sagradas, sin duda una de las intervenciones que han sido más celebradas; incluso muchos de los asistentes preguntaban por la posibilidad de dejar de forma permanente la instalación en el patio de la Casa de los Guzmanes, hoy Archivo Municipal.

2 votos, un 3%, han logrado Mounira Al Sohl por su intervención en la calle Martín de Roa; Priscilla Monge por Flow, en la calle La Palma, un muy elocuente alegato contra la violencia; Glenda León y el sugestivo Jardín íntimo realizado en el patio de Isabel II, y Mona Hatoun por su Hanging gardens del Palacio de Viana, una pieza que sin duda habría ganado más de encontrarse la cancela del Patio de las Columnas abierta y no cerrada, como incomprensiblemente se encontraba.

Un voto para cada uno (1%), han ido para Cai Guo-Quiang y su Moving gardens, quizá de mayor movilidad si no hubiesen estado las tortugas en época de hibernación; para Jorge Perianes y su intervención en el Palacio de Orive y para Mariana Castillo y sus setos podados en el Arqueológico, de desigual acogida.

Público en el patio de la calle Pastora. Foto: Ars Operandi

La pieza de Carlos Garaicoa, Principios básicos para la destrucción - la ciudad de azúcar habitada por hormigas instalada en la Facultad de Filosofía y Letras - no ha alcanzado ningún voto, constándonos como nos consta que ha sido una de las intervenciones que más comentarios ha suscitado, los cuales iban desde el rechazo más absoluto por la utilización de animales vivos (caso que se ha dado en tres intervenciones sin que las otras dos hayan sido objeto de censura), hasta la celebración de la pieza como una acertada metáfora de la civilización humana, entregada a la destrucción en un mundo repleto de recursos.

No han conseguido ningún voto, asimismo, los videos presentados por Nina Yuen, Kan Xuan y Nedko Solakov. Yuen no ha logrado interesar a la mayoría del público, que veía en la pieza una obra ajena al concepto de integración instalación-entorno. Laughing girl de Kan Xuan podría haber alcanzado otras expectativas de haberse realizado, grabado y reproducido la performance en el patio de Maese Luis, donde el video estuvo expuesto. La integración y comprensión habría sido otra. La obra de Nedko Solakov con Fernando Tejero como protagonista, pese a su cercanía argumental, tampoco ha logrado voto alguno, cuestión que, repetimos, es irrelevante respecto a la calidad de las obras expuestas y del indudable éxito que El patio de mi casa ha supuesto para crítica y público en una de las más acertadas demostraciones de arte público realizadas en nuestra ciudad.
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