El MoMA: Cinema y más Cinema

desde Nueva York: Fanelo Aguayo


Estos días, el MoMA de Nueva York está de fiesta cinematográfica con la celebración de dos soberbias muestras de arte a veinticuatro fotogramas por segundo: Weimar Cinema, 1919–1933: Daydreams and Nightmares, y Andy Warhol: Motion Pictures.

La primera –El Cine de la Weimar, 1919-33: Ensoñaciones y Pesadillas-, organizada en colaboración con el Friedrich Wilhelm Murnau Foundation de Wiesbaden y la Deutsche Kinemathek de Berlín, está compuesta por 75 largometrajes, 6 cortos y una exposición de carteleras y fotografías de la era Weimar, y ya se ha confirmado como la mayor exhibición de cine alemán de entreguerras jamás organizada en los Estados Unidos.

Además de proyectar obras clásicas de maestros como Lang, Murnau, Pabts o Lubitsch -entre otros- la muestra incluye numerosos films desaparecidos durante décadas y cuya restauración sólo fue possible tras la reunificación de Alemania. El programa supera el calificativo de extenso y se compromete a dar una vision de la época que va más allá de la archiconocida locura colectiva, el fervor nazi a paso de ganso y el resto de las nibelungadas puestas en escena por el Nacional Socialismo. Con este fin, se han incluido en la muestra películas que eran en sí populares entre el alemán de a pie, todas ellas concebidas muy lejos del despacho de Goebbels.

Como indica el comisariado de la exposición, ¨el desarrollo del cine de la Weimar coincide con la llegada del sonido, y los cineastas alemanes sin duda sobresalieron en la producción de celebrados musicales, comedias tipo cabaret y dramas, muchos rodados fuera del estudio y que abordaron asuntos de marcado carácter social¨. En este sentido podemos destacar películas como Cyankali (1930), escrita y dirigida por Hans Tintner, un febril drama que ilustra las desastrosas consecuencias del mantenimiento de la ley antiaborto. Su autor no sobrevivió a Auschwitz. Der lebende Leichnam (Das Ehegesetz) , dirigida por Fedor Ozep, y basada en una obra de Tolstoi, fue la película más exitosa salida de la factoría Prometheus-Film, una productora alemana notoriamente pro-soviética. Otra obra interesante es Niemandsland (1931), dirigida por Victor Trivas y prohibida por los nazis en 1933. Relata la historia de cinco soldados atrapados durante una batalla en tierra de nadie. Entre la devastación del fuego amigo y contrario descubren que, a pesar de poseer lenguas diferentes y uniformes irreconciliables, sienten y piensan exactamente del mismo modo. ¿Por qué entonces son enemigos? –se preguntan. Heil Cinema!!!

Para este evento tan remarcable, el MoMA ha tenido la elegancia de añadir autenticidad a las proyecciones de obras mudas con el acompañamiento en vivo de un piano, justo como el público las percibió en su día. La muestra permanecerá abierta hasta el 7 de marzo.


La segunda exposición, en la sexta planta, menos voluminosa pero igualmente ilustrativa, es Andy Warhol: Motion Pictures. Se trata de una exhibición organizada en colaboración con el Andy Warhol Museum de Pittsburg y centrada en los retratos cinematográficos y películas mudas sin estructura narrativa, en blanco y negro, realizadas por Warhol a mediados de los años sesenta.

Fue por entonces cuando Warhol comenzó a realizar screen tests a amigos y visitantes de la Factory, a quienes hacía posar durante tres minutos frente a una Bolex de 16 mm. En esta exposición se proyectan 12 de los 470 screen tests que el hijo predilecto de Pittsburg y Rey del Bajo Manhattan llegó a producir en total. En ellos aparecen famosos como Edie Sedwick, Nico, Baby Jane Holzer, Allan Ginsberg, Denis Hopper o el mismísimo Lou Reed. Según el catálogo de la exposición, ¨…los screen tests de Warhol revelan la fascinación que sintió durante toda su vida por el culto a la fama¨. The Village Voice subraya que ¨ …como católico practicante que era, Warhol entendía el poder de la iconografía para transmitir emociones a través de formas abstractas, y estas tensas composiciones en blanco y negro, que se elevan a un radiante limbo cuando se acaba la cinta, alcanzan una hipnótica belleza¨.

En films de mayor metraje como Kiss (1963-64), Eat (1963), y Sleep (1963) Warhol convierte necesidades humanas en abstracciones puras sirviendose paradógicamente del naturalismo más brutal. Con Blow Job (1963), no otra cosa que la historia de una felación, Warhol consigue sin duda –y sin mostrar impudeces- lo que quizás mejor supo hacer a lo largo de toda su carrera: sorprender y escandalizar a través del arte.

Weimar Cinema, 1919–1933: Daydreams and Nightmares
 Andy Warhol: Motion Pictures
Museum Of Modern Art, NYC
Hasta el 21 de marzo


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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Mi favorita de esa época es Die Büchse der Pandora, La Caja de Pandora, de G.W. Pabts. ¡Louise Brooks siempre será la chica más sexy del Universo!