Robert Capa. El fotógrafo desconocido



TRIBUNA ABIERTA
por José Manuel Susperregui
Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea 

Muerte de un miliciano. Robert Capa © International Center of Photography

Sobre Robert Capa se han escrito muchos libros y se han realizado algunas tesis doctorales y, sin embargo, su obra apenas ha sido analizada. Este fenómeno se debe a la influencia ejercida por Richard Whelan a partir de 1985, cuando publicó la biografía de Capa documentada con el manuscrito de Jozefa Stuart y una serie de entrevistas a amigos y profesionales de la información que coincidieron con Capa.

La habilidad de Whelan consistió en convertir a Capa en un personaje de novela adaptado a los gustos hollywoodenses. El concepto de star system es fácilmente detectable en su biografía donde un muchacho judío y de origen humilde emigra a Alemania en 1931 por razones políticas, país de acogida de donde tendrá que huir dos años más tarde con destino a París, otra vez por motivos políticos cuando Hitler sube al poder. En París conoce el amor de Gerta Pohorylle (Gerda Taro) y comienza una nueva etapa en su vida profesional, inventándose una nueva identidad que le llevará al éxito, sobre todo a partir de la publicación de la fotografía Muerte de un miliciano que dos años más tarde le catapulta como el mejor fotógrafo del mundo. Pero la tragedia se presenta en 1937 cuando su novia Gerda Taro muere en el frente de Brunete en un accidente. Este es un golpe bajo para Robert Capa que se culpa a sí mismo por haberle introducido en una profesión tan peligrosa.

Pero no tardará mucho tiempo en convertirse en un galán cuando conquista a la actriz de moda Ingrid Bergman, que forma parte de la colección de mujeres que se enamoraron de Capa como las anteriores Regina Langquarz, Gerda Taro, Jemison y finalmente Pinky. A excepción de las dos primeras, todas ellas amores imposibles porque su compromiso profesional le mantenía alejado durante largas temporadas. Pero su muerte inesperada cuando le estalló una mina en el delta del río Rojo, marca realmente la tragedia de su vida que se interrumpe en pleno éxito. Todos estos acontecimientos y situaciones fueron relatados por su biógrafo para construir un mito, creando la ilusión de que sabemos todo sobre Capa cuando en realidad no hemos sobrepasado la superficie de las anécdotas. 

La gran apuesta 

No es la primera vez que la carrera profesional de un fotógrafo recae sobre una de sus imágenes. En este caso Capa con Muerte de un miliciano dio el órdago de su carrera jaleado por muchos medios de comunicación que afirmaban la autenticidad de la instantánea. Si en un principio la versión oficial parecía conforme a la realidad, su biógrafo se guardó una carta en la manga; me refiero al artículo que escribió el amigo del miliciano Federico Borrell García, titulado “El compañero Federico Borrell “TAINO” en la revista Ruta confederal publicada el 6 de noviembre de 1937. En este artículo describe un escenario que no corresponde con el que aparece en la fotografía: Aún le veo parapetado detrás de un árbol. Este artículo fue ocultado maliciosamente por Richard Whelan porque echaba por tierra su versión, y en la biografía de Capa descalifica a aquellos que dudaban con las siguientes palabras: Insistir en saber si en realidad la fotografía muestra a un hombre en el momento en que ha sido impactado por una bala es a la vez morboso y trivial. Otra apuesta importante sobre esta fotografía es el mito de la Leica que en una publicación reciente de Bernard Lebrun y Michel Lefebvre, Robert Capa. Las huellas de una leyenda, califican de leyenda la relación del fotógrafo con esta cámara porque sus preferidas fueron la Contax y la Rolleiflex. 

Sobre esta última cámara resulta que en mis investigaciones demuestro que la foto del miliciano no fue sacada con la Leica sino con la cámara Rolleiflex. Así como el International Centre of Photography (ICP) ha aceptado que esta foto no fue sacada en Cerro Muriano sino en Espejo, se niegan a admitir que Capa utilizara la Rolleiflex. Esta negativa es una derivada de la asignación de la Rolleiflex a Gerda Taro durante el primer viaje que realizaron a la Guerra Civil en el verano de 1936. Pero el análisis de las ediciones de la foto, siguiendo la cronología de las versiones de las revistas Vu y Life, demuestra que fue realizada con la cámara Rolleiflex. Esta conclusión, a su vez, siguiendo la versión oficial tiene dos derivadas: la primera, si fue realizada con esta cámara el autor no fue Capa sino Gerda Taro. La segunda, si fue realizada por Capa no se pueden atribuir todas las fotos cuadradas a Gerda Taro. Conclusión: no se acepta el hecho de que fue sacada con la Rolleiflex porque entonces se derrumbarían los mitos de Robert Capa y Gerda Taro.

Una nueva valoración 

Hasta ahora el resultado de las investigaciones no coinciden con la versión oficial por lo que en ICP tendrían que plantearse de nuevo su versión sobre Robert Capa. Aunque sea una situación difícil para esta institución, la obra de Robert Capa sigue siendo importante porque en el caso de la Guerra Civil española estuvo desde el principio hasta el final. Fueron muchos los reportajes que publicó sobre la guerra civil y los más interesantes son los últimos, más concretamente La batalla del Río Segre y El exilio, finalizando sus reportajes por donde empezó, por Cataluña. En sus últimas instantáneas se puede observar una madurez profesional sobre todo si comparamos con el primer viaje que, a excepción de las fotos de las familias huyendo de Cerro Muriano, el resto de instantáneas nos muestran el folclore de la guerra. Los milicianos posan ante la cámara conscientes de la importancia de la propaganda pero estas imágenes no tienen mucho valor informativo aunque si documental. 

Sin embargo, la batalla del Río Segre es una de las pocas ocasiones en las que Capa tuvo la oportunidad de fotografiar la guerra en primera línea. Esta puede ser una referencia para comparar las primeras y las últimas fotos de Capa sobre nuestra guerra. Puede ser que como joven idealista tuviera una imagen preconcebida de la guerra que resultó ser muy diferente cuando tuvo el primer contacto. Las fotografías del frente de Aragón poco dicen de la guerra, la mayoría reproducen a milicianos posando bien directamente mirando a la cámara o simulando en la trinchera. Pero las cosas cambiaron cuando después de fotografiar Muerte de un miliciano en Espejo, al día siguiente vivió los bombardeos de Cerro Muriano donde sacó unas instantáneas muy interesantes, junto a los fotógrafos Hans Namuth y Georg Reisner, de las familias de colonos huyendo de Cerro Muriano. Y sin embargo, estas fotografías que son muy interesantes porque fueron muy novedosas en la época, no se les ha prestado apenas importancia. Toda la atención fue para Muerte de un miliciano.

La batalla del Río Segre. Robert Capa © International Center of Photography

En la batalla del Río Segre ya no hay poses, es la fusión de la guerra y la fotografía. Tampoco hay poses en las fotografías del exilio realizadas en la carretera de Tarragona dirección a Barcelona, y es en estas circunstancias cuando se muestra la capacidad profesional de Robert Capa como informador visual. Muchas de estas fotografías se explican solas o a lo sumo acompañadas de un pie de foto breve, porque la emoción que suscitan es suficiente para comunicar lo acontecido. 

 Los mantras del desenfoque y la cercanía 

Ligeramente desenfocado se pronuncia constantemente entre los apasionados de Robert Capa. En la foto Muerte de un miliciano la figura aparece algo desenfocada y son muchas las teorías y comentarios sobre la intencionalidad del fotógrafo para incrementar la expresión de esta instantánea. Desde mi punto de vista considero que este desenfoque se debió a un error debido a que el cristal esmerilado del visor de la Rolleiflex pierde agudeza con la intensidad solar, pero lo más curioso de este mantra está en su origen que aconteció quince años más tarde en el desembarco de la playa de Omaha. De los cuatro carretes que Capa envió al laboratorio solamente se salvaron once negativos, debido a que el laboratorista se excedió en el tiempo de secado y la mayoría de los negativos se estropearon. Cuando algunas de estas fotografías se publicaron en la revista Life el 19 de junio de 1944 en el pie de foto que las acompañaba se comenta que Capa movió la cámara y salió borrosa. Este comentario ofendió a Robert Capa porque su trabajo quedaba a la altura de un principiante y como desagravio, tres años más tarde, tituló su libro Slightly out of Focus.

Desembarco en la playa de Omaha en 1944. Robert Capa © International Center of Photography

Es cierto que esta serie fotográfica tiene poca definición debido al gran tamaño del grano de los negativos como consecuencia de las altas temperaturas y también es cierto que una de las fotografías está movida y no desenfocada. Esta diferencia se aprecia en la fotografía en la que aparece un pelotón de espaldas corriendo hacia la orilla. En el lado izquierdo de estos soldados se puede apreciar un doble perfil como consecuencia del movimiento de la cámara durante la toma. El enfado de Robert Capa por el comentario de la revista Life y la fecha de estas fotografías, demuestran claramente que la expresión Ligeramente desenfocado no tiene nada que ver con la foto Muerte de un miliciano

El otro mantra es Si tu foto no es lo suficientemente buena, es porque no estabas lo suficientemente cerca (If your photographs are not good enough, then you are not close enough), que pone en valor tanto la proximidad física como emocional para conseguir una buena fotografía. Esta fórmula también tiene su inconveniente porque la proximidad física alerta de la presencia del fotógrafo e inmediatamente la situación cambia, porque los sujetos modifican su actitud natural por una actitud afectada por la pose. A esta teoría de Robert Capa le falta un ingrediente esencial, la discreción que era el principio fundamental de su amigo Henri Cartier Bresson para lograr el instante decisivo que aglutina la mayor emoción de una escena natural. 

Sobre la cercanía de Robert Capa se pueden hacer distintas valoraciones y algunas de ellas bastante negativas. En el caso de Muerte de un miliciano y de otras muchas fotografías correspondientes al primer viaje a la Guerra Civil española, la cercanía resulta ridícula porque el fotógrafo sobrepasa la primera línea de fuego adelantándose a los milicianos. Esta relación del fotógrafo con los sujetos que aparecen en sus instantáneas son imposibles salvo en las escenificaciones, porque el comisario político de turno nunca admitía que se produjera esa situación. En la mayoría de los casos los fotógrafos se mantenían a bastante distancia de la línea de fuego por diferentes motivos, bien para proteger sus vidas y también para controlar la información. De este segundo mantra también se puede buscar otra explicación relacionada con su estilo fotográfico que queda manifestado en sus composiciones, pero todavía puede ser un poco prematuro llegar a conclusiones concretas, aunque puede ser una línea de investigación interesante porque aparecen algunas cosas que a primera vista no tienen sentido. 

Volvamos al principio 

La biografía de André Friedmann, su verdadero nombre, nos muestra a un joven ingenioso enamorado de otra joven también muy ingeniosa que inventa la identidad del reportero americano Robert Capa. En realidad, en esta época, la mayoría de los artistas húngaros que habían huido de su país camino del exilio, escapando de las garras de Miklós Horthy, optaron por el cambio de identidad porque sus nombres originales tenían una pronunciación muy difícil tanto en Alemania como en Francia, los dos países de acogida de estos exiliados. Sirvan como ejemplos el pintor y fotógrafo Lásló Moholy-Nagy, el fotógrafo Brassaï, el editor Stefant Lorant y el pintor Vasarely entre otros, que cambiaron sus nombres originales por otros más fáciles de pronunciar. Con estos ejemplos se demuestra que la genialidad del cambio de identidad de André Friedmann forma parte del mito, es decir, nos presentan a unos personajes que tienen una gran idea original cuando en realidad era lo habitual entre los artistas exiliados de países del este. 

Tampoco se explica el contexto de su Hungría natal que en el periodo de entre guerras disfrutó de una pléyade de fotógrafos profesionales como André Kertész, Ernö Vadas, Ferenc Haár, Károly Escher, József Pécsi, Martin Munkácsi, István Kerny, Nándor Bárány, además de los mencionados anteriormente que, en su conjunto constituyen una serie de referencias importantes que pudieron influir en el joven André Friedmann. 

En su origen judío apenas se insiste cuando es otra referencia importante. Durante los primeros años del presidente Miklós Horthy los judíos no tenían derecho a voto para impedirles su actividad política, pero descubrieron la importancia de la prensa en la política. A los pocos años los diarios más importantes estaban controlados por la comunidad judía, pero no sólo en Hungría sino también en otros países europeos. Por lo tanto, cuando Robert Capa llega a Alemania se dedica a la fotografía porque sus contactos judíos le consiguen un trabajo en la Agencia Dephot, y tampoco es casualidad que se matriculara en la Hochschule que contaba con uno de los primeros departamentos dedicado al periodismo. Estas referencias son más importantes que sus novias para explicar su carrera profesional, porque al principio lo más importante son los contactos para introducirse en la profesión, luego los méritos profesionales serán imprescindibles para el reconocimiento profesional. El perfil judío de Robert Capa parece que no interesa que asome por ningún lado, cuando su libro más importante como fotógrafo es el que publicó junto a Irwin Shaw, titulado Report on Israel, en 1950 como resultado de los viajes que realizó a Israel a partir de 1948 para fotografiar la declaración de independencia, así como los comienzos de la construcción del nuevo estado que acogió a muchos miles de refugiados de la diáspora. Las fotografías publicadas en este libro, en su conjunto, conforman la mejor obra de Robert Capa como resultado de sus veinte años de reportero gráfico y, sin embargo, permanecen archivadas en ICP.

La verdadera importancia de la Maleta Mexicana 

En estos momentos no hay ninguna duda de que esta es la maleta más famosa del mundo. Su historia es un largo periplo que comenzó en octubre de 1939 cuando Robert Capa confía a un amigo una maleta que contiene los negativos de 126 carretes de la Guerra Civil pertenecientes a él mismo, a Gerda Taro y a David Seymour. Después de 68 años llegó a su destino en Nueva York. Este hallazgo generó nuevas expectativas, sobre todo, en relación a la foto Muerte de un miliciano que en palabras de Brian Wallis, director adjunto de ICP, tanto Whelan como él, esperaban que entre los negativos se encontrara el correspondiente a Muerte de un miliciano, pero cuando abrieron la maleta por primera vez, no estaba, y tiene su lógica, porque en esta maleta solamente se archivaron negativos de 35 mm. y el negativo de la foto del miliciano es de 6 x 6 cm. 

Sobre este hallazgo se han escrito innumerables artículos y reportajes a nivel mundial, la documentalista Trisha Ziff que fue la última depositaria de estos negativos, negoció con ICP la entrega de la maleta y la realización de un documental, que creó más expectativas antes de su producción que con su exhibición.

La Maleta Mexicana. Argelés-sur-Mer, Francia, 1939Robert Capa © International Center of Photography

De lo que no se habla apenas es del contenido de los negativos y, sin embargo, la publicación de este material es totalmente novedosa. No se conoce hasta la fecha ninguna experiencia parecida y tan interesante para el estudio de la fotografía de estos tres autores. Cuando ICP decide publicar todos los contactos de los negativos en tamaño algo superior al original, nos está brindando la mejor de las oportunidades para poder analizar a Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour. Esta edición en crudo o como se diría en términos digitales, en formato Raw, muestra toda la información porque además de respetar los encuadres en su totalidad, también nos informa de la secuencialidad de las imágenes, es decir, del orden en que fueron realizadas. En la investigación fotográfica la prueba del algodón es la secuencialidad porque permite reconstruir el proceso que siguió el fotógrafo. La secuencialidad y la composición son las claves principales para la investigación fotográfica porque por medio de estas referencias se pueden descubrir los patrones que definen el estilo de un fotógrafo. Valga como ejemplo que por medio de algunas de sus composiciones del primer viaje a la Guerra Civil, se puede detectar la motivación de Robert Capa para que once años después constituyera junto a un grupo de amigos la agencia Magnum. 

Como conclusión principal podemos afirmar que si a Robert Capa le gustaba la cámara Leica o la Contax, su pasión por las mujeres y el champán, su afición al juego y demás anécdotas no tienen ninguna relevancia porque son los ingredientes necesarios para escribir la novela pero no el ensayo sobre la importancia de la obra fotográfica en relación a la Guerra Civil española. Lo importante es el ¡ANÁLISIS! 

Para finalizar también me parece importante referenciar los efectos colaterales del fenómeno Capa sobre la fotografía de la Guerra Civil, es decir, el fotógrafo más conocido sobre este periodo de nuestra historia es Robert Capa y, a bastante distancia, Agustí Centelles cuya obra resulta muy cercana y muy paralela a la de Robert Capa y, sin embargo, sigue estando en la sombra. 

Por distintos motivos como pueden ser la Dictadura franquista y su censura, el poco interés por los archivos fotográficos y el exiguo mercado editorial de la fotografía, por un lado, y por otro, la gran profesionalidad y el buen trabajo realizado por ICP para la proyección de Robert Capa, todos estos elementos de alguna manera han contribuido directa o indirectamente a que otros muchos reporteros hayan caído en la fosa del olvido, salvo últimamente pequeñas excepciones como Alfonso y José María Díaz Casariego, Luis Martín, Pepe Campúa y José Brangulí.



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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Estupendo el artículo.

Manolo Garcés
Anónimo ha dicho que…
Desde luego Capa es mucho más que la foto del miliciano, y eso que la foto es un hito.
Paco Muñoz ha dicho que…
Como siempre muy interesante. Hecho en principio de menos, la referencia a la investigación de un cordobés sobre el lugar de "la muerte de un miliciano", aunque me he deje llevar por mi amistad con el investigador, y al final compruebo que el artículo no va por ahí.Felicidades.
Tino Soriano ha dicho que…
Una entrada fenomenal y muy crítica. Particularmente, como hablamos un día que coincidimos en Morella, soy de los que opina que la foto del miliciano pudo tomarla Gerda Taro. Era extrovertida y muy atractiva para los cánones de la época y los milicianos pasaban grandes temporadas sin ver a una mujer. Por lo menos en el campamento. No habría sido extraño que aceptaran a escenificar lo que ella pidiera, para complacerla. Un abrazo y muchas gracias por tus investigaciones.
Antonio Jesús González ha dicho que…
Efectivamente un artículo muy interesante. Pero muy contradictorio, ya que el autor lo inicia acunsando a Whelan y otros de la vanalización de la obra de Capa y afirmando que nadie la ha analizado en profundidad y el en esee artículo continúa con las clásicas polémicas de la cámara, el formato etc.
Anónimo ha dicho que…
He leído el artículo con meticulosidad y no estoy de acuerdo con Antonio Jesús González cuando dice que es un artículo muy contradictorio. Lo contradictorio es su comentario cuando dice: "Efectivamente un artículo muy interesante. Pero muy contradictorio". Si es muy contradictorio no puede ser muy interesante o al revés. En cuanto a las alusiones a las polémicas clásicas tampoco estoy de acuerdo porque fue el profesor Susperregui quien demostró que la versión de Whelan no es cierta y tuvo la inteligencia para demostrar que la foto del miliciano se hizo con la Rolleiflex y no con la Leica; y además tuvo el valor de decirlo. Sobre lo que dice de la Maleta mexicana no hace ninguna alusión cuando abre nuevas posibilidades para seguir investigando y conocer mejor las fotografías de Robert Capa. Sinceramente creo que se trata de uno de los mejores artículos escritos sobre Robert Capa y específicamente sobre la foto del miliciano
Anónimo ha dicho que…
banalización: Con b. Según la RAE: . f. Acción y efecto de banalizar. Antes de emitir opiniones banales, mejor leer con detenimiento y no caer en comentarios "contradictorios".
Antonio Jesús González ha dicho que…
Es sólo mi opinión pero Superregui se contradice cuando afirma que va a analizar la obra de Capa huyendo de los temas polémicos y realiza lo contrario olvida su trabajo y no habla de ellas. Eso es obvio para cualquiera que lea el artículo y por ello creo que se contradice, pero aborda temas, polémicos, como los de las cámaras que creo muy interesantes.
Antonio Jesús González ha dicho que…
Por último y si me deja la tecnología, muchas polémicas sobre Capa nos han aportado nueva información sobre el maestro. No obstante, es lamentable que superregui afirme que gran parte de trabajo de Capa sea folclore de guerra, acaso es folclore los reportajes de los civiles del Muriano, o de la guerra en Málaga, por no hablar de las fotos de los bombardeos de Madrid. Eso es folclore?
Polémicas las que quieran si aportan información.
Pero mo olvidemos lo importante, el trabajo y las fotos de un geni@.
Antonio Jesús González ha dicho que…
Lamento mi grave error y pido perdón por ello. Aunque veo que en el algunos sitios sigue habiendo muchas voces que no saben encajar una modesta opinión diferente a su verdad adoctrinaria e imperante amparada en el cobarde anonimato.
zorno ha dicho que…
En primer lugar quiero agradecer a Antonio Jesús González por sus comentarios porque, en principio, este tipo de artículos se escriben para ser discutidos por los lectores porque sin lectores y sin comentarios el texto no cumple su función informativa, cultural, social etc..., y sin estas funciones carecería de valor.
En segundo lugar, en su segundo comentario no entiendo muy bien lo que quiere decir, sobre todo, en el primer párrafo. La palabra “polémico” ni “polémica” no aparece en mi artículo; sí hablo de “una nueva valoración”, de “una nueva versión”, también abro otras líneas de investigación sobre las que usted no hace ninguna valoración. También quiero comentar que la polémica de las cámaras de clásica no tiene nada, lo clásico en relación a Robert Capa son los mantras que aludo en el artículo y todos los topicazos que se expresan de manera automática cuando se menciona “Robert Capa”, que sirven para demostrar que se tiene conocimiento sobre este fotógrafo, pero la realidad es otra. Sigo afirmando que sobre Robert Capa sabemos muy poco y cuando alguien ha salido aportando algo, como es mi caso, como primera reacción está el rechazo porque no se admite ninguna crítica, ni ninguna nueva valoración sobre Robert Capa, porque como es el mejor fotógrafo del mundo, no se admiten discusiones.
Volviendo a su valoración de “polémica clásica” la cuestión de las cámaras, esta polémica es precisamente una de las novedades o de las aportaciones más importantes. Solamente le adelantaré una cosa sobre las fotos del primer viaje de Robert Capa y Gerda Taro: “No es cierto que las fotos cuadradas sean de Gerda Taro y las rectangulares de Robert Capa”. Y no digo más porque sobre esta cuestión he escrito un artículo para una revista científica que todavía no está publicado y tardará más de un año en publicarse si todo va bien. Por lo tanto, las cámaras tienen mucha, mucha, importancia en este tema.
Y para finalizar, en tercer lugar, cuando usted dice: “es lamentable que superregui afirme que gran parte de trabajo de Capa sea folclore de guerra”, no se ajusta a mi texto porque cuando digo “el resto de instantáneas nos muestran el folclore de la guerra”, dos líneas más arriba contextualizo estas palabras en “el primer viaje” que transcurrió en el verano de 1936. Por lo tanto las referencias de Málaga y Madrid que usted indica no tienen nada que ver con mi afirmación anterior puesto que esos reportajes fueron más tarde. Y sobre la población civil de Cerro Muriano huyendo de la guerra, imágenes éstas que si pertenecen a este primer viaje digo muy claramente: “Y sin embargo, estas fotografías que son muy interesantes porque fueron muy novedosas en la época, no se les ha prestado apenas importancia. Toda la atención fue para Muerte de un miliciano”.
javier izquierdo ha dicho que…
El tiempo de secado, científicamente, nunca ha hecho desaparecer-- que no estropear-- negativo alguno. Si se dejan mucho tiempo al secado como ristra de chorizo, y según condiciones de limpieza del armario secador, si lo hubiera que si no peor, lo que promueve es que el negativo acoja polvo. Precisamente por luchar contra el tiempo, la caló del armario secador se implementa y la gelatina continente de las imágenes latentes se escurre y desaparece como lágrimas en la lluvia: solo dos persoans ven lo que los demás no creeríamos, Capa desde el visor de la Contax perpretando los actos icónicos y el laboratista que no puede dejar de mirar los negativos húmedos mientras procede al colgado yposterior achicharramiento, por calor que no por tiempo. Tiempo que no le dio a John G Morris que esperaba en otra sala londinense para editar a pezuña de vuelo transoceánico ya que el boss Henry Luce esperaba en New York. Luego estarían los negativos de formato medio disparados con la Rollei a la vuelta del desembarco con las primeras bajas.

Haciendo un repaso ràpido y de circustancias del texto de Susperregui, constatar con asdombro que se fecha el desembarco, la invasión por Normandia y apertura del frente oeste, en su correcta fijación temporal de junio del 44 y en lugar distitinto como quince años después del 36 y por tanto en el 51. Deja vu de intertextualización que he tenido entre el divertido escrito este y la lectura de La conjura contra América de Philip Roth que aunque no está en el desarrollo de la novela si lo haría plausible según las primeras páginas de la interesante narración donde el presidente de usamérica era el aviador Lindberg que se mantiene neutral y digamos proteutón. Pero lector como también es uno de los dislates históricos de quien fue su profesor tampoco ya se asombra, como si lo hizo y mucho, al leer negro sobre blanco que ne la primavera del 44 Capa y Pinky se refocilaban con alegría entre bombardeos de la Lufftwaffe que a estas alturas era absdolutamente incapaz de penetrar el espacio aéreo británico salvo de manera anecdótica. Ya nose tomaba té en los andenes de metro como en otoño del cuarenta.

Como interpretar y analizar todo lo que de suculento tiene el texto se me va a convertir en un largo ensayo, de momento, voy a dejar unas breves pinceladas. Curiosamente no he leido trípode y si ahora pantalla esmerilada-- que capuchón levantado y ceño metido para enfocar y encuadrar tapa flare y es adminículo que la foto digital ha retomado como la mejor medida para hacer lo propio con las pantallas traseras-- de la Rollei. Que, claro, si estamos mandando posar por qué no también preenfocar e incluso repetir, pósala otra vez, miliciano desconocido. Y tu, segundo abatido, compón mejor la figura para la rubia. Y los tiros anteriores, qué, también al formato medio. Y luego todo el desarrollo de las otras fotos en el setiembre cordobés, entre Espejo y Cerro Muriano-- profundamente analizadas y explicadas por José Manuel Serrano Esparza en elrectanguloenlamano, que si, gracias a los mails al los institutos, Antonio Aguilera, al que no hay que olvidar como factor decisivo y única aportación a la historia que hace Susperregui. Lo demás humo. Con el olvido de Pacual Mira que descubre posteriormente a la publicación de Whelan que según se data en archivos alcoyanos el abatido no es Federico Borrell. La malicia habría de buscarse en otros lados. He prometido ser breve, acabo preveniendo que se estará atento a fallos de memoria y autoría que temo se producirán en el goloso centenario del año que viene.

Salud y saludos.
javier izquierdo ha dicho que…
A la atención de Susperregui y sus desmemorias, que ya no cita trípode en sus escribanías, y se olvida del significado del verbo citar... yo cito, tu citas, Suspe se olvida de citar, nosotros...

http://elrectanguloenlamano.blogspot.com.es/2012/09/comunicado.html

Salud y saludos.