Bilbao Arte hace su presentación en Córdoba con Estaciones

Retratos VI, fotografía de Naia del Castillo

José Álvarez / Ars Operandi 
 

La Fundación Bilbao Arte realiza en estos días su presentación en Córdoba de la mano de Estaciones, una selección de obras de dieciséis artistas que han participado en el programa de becas promovido por la Fundación Bilbao Arte en colaboración con la BBK, y que llega a nuestra ciudad por medio de la Fundación CajaSur. La muestra se conforma así como una oportunidad de acercarse de primera mano a una singular colección artística, integrada en su totalidad por obras y proyectos que fueron diseñados y alumbrados durante la estancia de los artistas becados en Bilbao Arte, más de doscientos en los últimos doce años. Para Juan Zapater, director de la fundación bilbaína, el objetivo de la muestra es establecer  "un puente entre Córdoba y Bilbao". Uno de estos lazos ya tendidos entre ambas ciudades han sido las becas BBK convocadas por la Fundación Viana y concedidas a los artistas María Ortega Estepa y Fernando Bayona, quienes han realizado una estancia en la fundación bilbaína durante los meses de julio y agosto desarrollando los proyectos  Homologías del Recuerdo y Hidden Cycle que esperamos poder contemplar aquí en breve. Tras la absorción de Cajasur por el banco BBK cabe esperar de los nuevos propietarios  un mayor acercamiento a la cultura contemporánea que la que prodigaron  sus antecesores. Una aproximación al contexto local que, lejos de franquicias, preste especial atención a las prácticas artísticas desarrolladas en nuestra ciudad y retome la senda de mecenazgo que iniciara la Caja Provincial de Ahorros en la década de los noventa.

Comisariada por Petra Joos, directora de Actividades Museísticas del Museo Guggenheim Bilbao, Estaciones es un recorrido a través de dieciséis obras que, a modo de estaciones, representan un recorrido con parada en otros tantos artistas, mostrando de este modo el recorrido que la Fundación ha realizado desde su creación en 1998. Para Joos, la colección de la FBA "no responde a unos criterios propiamente estratégicos, sino que se compone de capítulos vivos de una historia que ha transcurrido durante más de una década", destacando asimismo que "es testigo, al mismo tiempo, de las continuidades, rupturas, conexiones o desconexiones entre generaciones de artistas que a lo largo de este tiempo han tenido estancia en el centro". Joos elude asimismo el manido concepto de "retrospectiva" para ofrecer una revisión actual de obras creadas en el pasado, "como si el tiempo nos lo hubiera arrojado a la orilla para ser de nuevo contemplada y examinada". El hecho temporal  —más de una década transcurrida desde la creación de algunas piezas—  y el hecho de pertenecer a la etapa emergente y formativa de los que hoy son creadores consolidados, hace que el espectador pueda sufrir una suerte de déjà vu estético en el que ponderar cómo afecta el paso del tiempo a determinadas propuestas artísticas.

Nevermore 2, acrílico sobre madera de Abigail Lazkoz

La relación entre el espectador y la imagen televisada, presente en la fotografía desde su introducción en los años 70, es vigente ya en 2002 para Isabel de Naverán (Bilbao, 1976), quien con su obra explora tanto la coreografía como práctica escénica como los límites que ofrecen los espacios expositivos. Si Naverán fotografía sus escenificaciones a través de la pantalla del monitor, Elssie Ansareo (México, 1979) elige los espacios cotidianos y prosaicos para las suyas, interiores en los que la apariencia inhabitada recoge la influencia de Thomas Ruff en su serie Interiors, según reconoce el artista mexicano. Más teatrales son las escenificaciones que, por su parte, diseña Eduardo Sorrouille (Basauri, 1970), de las que es buena muestra la obra en colección, A 4 patas (1999). La fotógrafa Begoña Zubero (Bilbao, 1962), Premio Pilar Citoler en su primera edición (2006), muestra en Estaciones una obra (Sin título, 1996) en su habitual blanco y negro, formalmente abstracta, lejos aún de su límpida visión del paisaje urbano y los interiores por la que se caracteriza su amplia trayectoria. El paisaje es también protagonista en la obra de Iñigo Tena (Bilbao, 1980), quien se sirve asimismo del blanco y negro para resolver la serie Sadman (2007), de la que se muestra The empty space of the old expectations & The thin path of spirituality, una exploración fotográfica por la ciudad de Chicago con el propósito de registrar la "crisis moral" del mismo modo que Walker Evans documentó en su momento la crisis económica de EEUU.

De la serie Citerón, en la que Ixone Sádaba (Bilbao, 1977) explora la relación entre mujeres a modo de "micro-relatos de furor y violencia", pertenece la fotografía Phlegmone 3 (2003), que queda lejos de la audaz provocación del resto de la serie. De un modo similar, en cuanto a la preparación de la acción previa a la fotografía, Naia del Castillo (Bilbao, 1975) resolvió una de sus primeras series fotográficas, Atrapados (2000), donde retrató a personas envueltas en su propio pelo, primeros planos en los que toda referencia personal es de este modo borrada. La abrumadora presencia de la fotografía en la muestra frente a otras técnicas se completa con las obras de Mikel Eskauriaza (Bilbao, 1969) y Mabi Revuelta (Bilbao, 1967) con su etéreo díptico Vuelo rasante y peligroso I y II (2004).

Sin título, Témpera e impresión digital sobre cartón pluma de Usoa Fullaondo

De Bene Bergado (Salamanca, 1963), podemos contemplar una fotografía digital realizada en 1999, experimental en aquel momento, en el que trabajaba con un escáner casero para digitalizar objetos luego manipulados informáticamente. Txuspo Poyo (Alsasua, 1963) se vale asimismo de la infografía en 3D para la realización de su video Ambientes hostiles (2005), en el que martillos y clavos protagonizan una singular coreografía, y que no pudimos ver por encontrarse el monitor apagado, irritante desconsideración hacia el artista que debe evitarse. (Puede verse el video en la web de Txuspo Poyo, aquí).

De Usoa Fullaondo (Algorta, 1979), por un lado, y Miguel Ángel Gaüeca (Gatika, 1967), por otro, son las dos incursiones en la tridimensionalidad que se nos ofrecen en la muestra. Un juego conceptual en torno al lenguaje, de este último, que complementa las arquitecturas en miniatura de Fullaondo, a las que llega el artista fundiendo pintura y escenografía. También subvierten la técnica Burchhard Garlichs & Sonja Meyer con sus dibujos en tipografía, de pulcro acabado, una limpieza en la línea que se advierte también en la pintura de Abigail Lazkoz (Bilbao, 1972), quien con su elección de la línea clara esconde en la serie Nevermore (2000) unas obras de inquietante trasfondo. Es el colofón de una más que interesante muestra que nos sirve como inicio de la que ha de ser una fructífera colaboración entre Bilbao y Córdoba.

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Estaciones

Colección Fundación Bilbao Arte

Sala de exposiciones Gran Capitán

Hasta el 26 de octubre

Horario: L a V de 18,00 a 20,00 horas

Comisaria: Petra Joos