Scarpia. Espacio singular de lo poético y la discrepancia

Sit Tibi Terra Levis, obra de Nieves Galiot revisitada en la Capilla de San Bartolomé. Foto: Scarpia 

Noelia Centeno / para Ars Operandi 

“Niña, arrímate a escuchar a esos artistas a ver si se te pega algo”. Decía una vecina de El Carpio a su nieta, una noche cualquiera, frente a la Plaza de la Constitución. Y ambas se sentaron en la grada de Convocados junto a los artistas participantes de las jornadas. Sumándose a su gesto algunos lugareños más. 

Analizando el efecto Scarpia en su contexto social, tal anécdota no resulta superficial ni circunstancial. Pues aunque el valor del proyecto se reconoce más fuera que dentro de su zona de contacto, ejemplifica el refuerzo de autoestima identitario entre varias generaciones de carpeños con un tipo de prácticas artísticas experimentales. De aquellos que las entienden y los que no, de los que las disfrutan y de los que se extrañan. Pero también estructura el cambio de unos primeras formas de hacer y pensar la propia experiencia estética con el entorno rural como huella de una idea o acción artística efímera, hacia la exploración de nuevos modos de hacer y narrar relatos más reflexivos y críticos con el lugar capaces de incidir e interactuar afectivamente en la comunidad local. Y hacer visible lo invisible. Como legitimar una relación periférica entre el arte y la ciudadanía, la naturaleza y el ocio. Situando la trayectoria histórica de las jornadas dentro de unas coordenadas genealógicas confusas y determinadas. Del Land Art al Nuevo Género de Arte Público. De la psicografía urbana situacionista a los Encuentros de Pamplona. 

A partir de un diálogo artístico enfrentado entre el “site” (lugar/obra exterior) y el “non-site” (lugar/obra interior) el creador norteamericano Robert Smithson es uno de los primeros en abordar a finales de los años sesenta la problemática comisarial del museo como prisión cultural que impone límites al propio artista y a la obra de arte. Abriéndose la posibilidad de extraer la creación artística al aire libre como espacio de significación y experimentación metafórica entre paisaje y no paisaje, arquitectura y no arquitectura, desplazamiento y emplazamiento. Y con ello, la ocupación sucesiva de diferentes lugares periféricos como cartografía de una serie de experiencias estéticas, individuales y efímeras, en un sentido reivindicativo, a sabiendas de que la obra no se podría vender ni situar en ninguna colección, aunque sí documentar su presencia a través del registro fotográfico y audiovisual. 

Samograj / Es todo lo que hay, obra de Michal Araszewich revisitada en la Facultad de Filosofía y Letras para Scarpia 2002.2014. Foto: Ars Operandi

La publicación del artículo escrito por Rosalind Krauss en la revista October 8, “La escultura en el campo expandido”, legitima en la primavera de 1979 la producción de las “estructuras axiomáticas” de Robert Morris, Richard Long, Sol Le Witt, Bruce Nauman, Richard Serra o Christo, entre otros. Y en ruptura con la idea “lógica de monumento”, las nuevas políticas culturales de los ochenta institucionalizan el desarrollo creciente de una forma de arte en el espacio público como deriva urbanística de la escultura minimalista por encargo, financiada con fondos públicos. Una manera limitada de entender el arte público para el renovado “giro” de los 90 atravesado por la cuestión de la función social del arte en un escenario geopolítico y económico globalizado, claramente distinto a los sesenta y sesenta. Que tal y como apuntan los textos de James Meyer, Michael Ascher y Miwon Kwon, desemboca en un “Nuevo Género de Arte Público”: la participación activa del artista con una comunidad local ajena, que revaloriza la idea de situación y de performance en el lugar, e incide en la esfera pública por medio de términos relacionales de proximidad y acción directa. 

Saltando al terreno geográfico español, desde el año 2002 se concentra en Scarpia un pasaje heterogéneo de todas aquellas características con las que se ha identificado en las últimas décadas el término de lo site-specific. Los artistas participantes, desplazados de su contexto original, conviven con el entorno rural y urbano de El Carpio (Córdoba) durante dos semanas. Fuera de las esferas elitistas del arte generan situaciones y provocan sensaciones a un público invisible. Funciona a nivel metafórico y reivindicativo. Incentiva un modelo de comunidad creativa, colaborativa y participativa. Transforma la percepción física del lugar real, que además puede proyectarse en lo imaginario. Se desarrolla en elmarco de unas jornadas periféricas. Que son producto de un taller experimental difícil de categorizar por sus creadores, Miguel Ángel Moreno y Antonio R. Sánchez, y acaba consolidándose como un proyecto innovador y paradigmático en las nuevas prácticas de arte público dentro de la agenda cultural de Córdoba 2016. 

Obra de Jesús Pedraza para Scarpia. Foto: Scarpia
Scarpia, espacio singular de lo poético y la discrepancia.Una apuesta por la instalación y la intervención en el lugar específico, obras provisionales y no coleccionables, de espíritu anticomercial y experiencial. Que impone sus propios límites dentro del cubo blanco como figura ideológica expositiva. Por ello, el motivo de celebrar un recorrido visual expositivo que recoge algunas de las intervenciones realizadas en las doce ediciones de Scarpia supone una contradicción para las Galerías del Cardenal Salazar. Un proyecto comisarial que se sitúa en jaque frente a las palabras de Robert Smithson: “Cuando se coloca una obra de arte en una galería pierde su carga y se vuelve un objeto portable o una superficie desligada del mundo exterior”. 

Pero huyendo de un sentido lineal y retrospectivo historiográficamente, las piezas se reparten a lo largo y ancho de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba como re-definición del lugar en un campo expandido. Así el espacio museístico se convierte en una nueva situación dada, espacial y temporalmente, que en un sentido reivindicativo permite activar la recreación de un ambiente intencionado a través de la intervención de sus espacios físicos y simbólicos. Escaleras, galerías, patios y espacios recónditos. Una traslación del espíritu conceptual y del significado vital de las jornadas. Que funciona como juego invisible para el transeúnte de paso hacia el uso de los espacios comunes. Que se sorprende, se extraña, se pregunta. O como mapa de la búsqueda.

http://es.scribd.com/doc/220038605/CATALOGO-SCARPIA-pdf

Scarpia 2002.2014
Galerías Cardenal Salazar
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad de Córdoba
Plaza del Cardenal Salazar, 3
Del 24 de abril al 20 de junio 
Comisario: Miguel Ángel Moreno Carretero

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