Los paisajes de Cántico. Manuel Muñoz en Spectrum Sotos

Fotografía de Manuel Muñoz en Spectrum Sotos
Redacción / Ars Operandi

Manuel Muñoz (Córdoba, 1965) se presenta en la galería Spectrum Sotos con una serie de trabajos que ahondan en la voluntad de recuperar, desde la fotografía, paisajes y escenas que tienen que ver con la memoria reciente. Si en series anteriores centraba su atención en dos de los acontecimientos que más han determinado la historia de España como son la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil, para su cita en la galería zaragozana ha elaborado un trabajo de documentación que da testimonio de una de las experiencias poéticas y vitales más importantes de nuestra ciudad en el siglo pasado, el surgimiento y desarrollo de la poesía del Grupo Cántico. Paisajes confidentes propone así un nuevo acercamiento en la manera en que los espacios naturales se convierten, no ya en escenarios de una simbología romántica o de un hecho histórico concreto, sino en testigos y protagonistas de las creaciones literarias del grupo que revitalizó la poesía española de posguerra. Se trata de evocar unos paisajes que fueron determinantes para la poesía del grupo, escenarios que ya están presentes desde las Elegías de Sandua al texto de Santa Maria de Trassierra ilustrado por Álvarez Ortega. En este sentido, el trabajo de Manuel Muñoz nos invita, en palabras de Jesús Alcaide, "a deambular por las frondosas vegetaciones y secretos senderos de Trassierra y el Bejarano, para escuchar los testimonios de aquellos poetas que construyeron allí su edén particular a pocas horas de la ciudad de Córdoba en un entorno natural que les servía de recreo e inspiración para sus poesías. Como se dice en uno de los textos sobre el grupo, si el río otorga el don de la carne, los montes son el lugar para el propio conocimiento, para el encuentro con el interior anacoreta".

Fotografía de Manuel Muñoz en Spectrum Sotos
Muñoz ofrece con Paisajes confidentes otra lectura desde la imagen contemporánea del legado poético de Pablo García Baena, Juan Bernier, Vicente Nuñez, Ricardo Molina y Miguel del Moral, poetas y artistas cordobeses, "que en sus versos cobijan uno de los tesoros más importantes de la literatura española del siglo XX, una experiencia poética que supo releer la tradición para inventar el futuro de un lenguaje rico y poliédrico como pocos desde la experiencia local, de esa adherida Córdoba de la que ninguno de los miembros de Cántico podía separarse". A través de esta serie de veinte fotografías, indica Alcaide, "vamos descubriendo el rumor oculto del Guadiato, los arroyos del Bejarano, esa paz bucólica de la que hablaba Pablo Garcia Baena en Antiguo muchacho y que se convertía en imagen en uno de los poemas de los miembros del grupo, paisaje de lo duro/la roca, el pino/ donde habite lo solo, /yo mismo/un rincón escondido". Rincones escondidos que nos permiten profundizar en el conocimiento de la poesía de Cántico a través de un recorrido por los paisajes que ayudaron a modelar su universo poético,  su particular paraíso perdido, "esa mítica Sandua que en plena Sierra Morena oculta sus secretos bajo el manto vegetal de Santa María de Trasierra, madre que oculta y cobija, madre que ama y guarda secretos, madre naturaleza, madre poesía".

Fotografía de Manuel Muñoz en Spectrum Sotos
Una naturaleza, que para el artista, "siempre ha sido referente y fuente de inspiración a lo largo de la Historia, a veces como modelo a imitar o representar, otras veces como símbolo y espejo de las inquietudes y enigmas del hombre. Teniendo un destacado protagonismo en el Romanticismo, protagonizando ese cosmos superior al hombre. Para muchos artistas ese naturalismo es suficiente, para otros, la contemplación de ella era y es motor de inspiración y creación. Esta contemplación a veces ha sido buscada y otras veces encontrada". Los viajeros románticos del siglo XIX, indica, "en sus aventuras hacia nuevos confines, en donde la naturaleza estaba mas cerca de lo divino que de lo humano, intentaban encontrar mediante la búsqueda de su ser ese cordón umbilical que les uniera a ese universo sobrehumano revelado en esos paisajes remotos, perdidos y alejados de las normas sociales. Es esta actitud viajera la que en muchos momentos ha llevado a artistas de distintas disciplinas y de distintos periodos y épocas a encontrase con ellos mismos en parajes que como decorados, participan del carácter creativo y reflexivo".

Fotografía de Manuel Muñoz en Spectrum Sotos
Santa Mª de Trasierra es un enclave de Sierra Morena dibujado por el cauce del río Guadiato. Explica Manuel Muñoz que "ya en época romana y árabe fue retiro, y han pasado también personajes como Cristobal Colón y Góngora. Es impresionante la belleza del paraje, pudiéndose comprobar que muchos de esos espacios paisajísticos, parecen preparados y creados para ser pintados". El paso del tiempo y el poso de la memoria son lugar de evocación para Manuel Muñoz, un lugar donde aún es posible rastrear en sus senderos "la huella de una época cargada de confidencias personales y artísticas. Hay que regresar a la década de los años 50, pleno dominio de la censura y la represión de una dictadura, sumadas estas a una ciudad de provincia como Córdoba, en donde las apariencias y las buenas normas de conducta cargadas de una hipocresía social son las guías marcadas en una ciudad provinciana, en donde todo el mundo se conoce. Escapando a estos lugares, buscando espacios fuera de la sociedad y alejados de esas miradas de censura que frenaban sus ideas de creación y libertad, se reunían por largos periodos, paseando por sus senderos, bañándose en sus arroyos de agua cristalina en donde sus palabras han quedado guardadas al abrigo natural".

Paisajes confidentes
Manuel Muñoz
Galería Spectrum Sotos, Zaragoza
Hasta el 28 de diciembre


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