El dormitorio de Antonio Blázquez en Casa Sostoa

1995, intervención de Antonio Blázquez en Casa Sostoa. Foto: Cortesía del artista
Tete Álvarez / Ars Operandi

Casa Sostoa es una experiencia que se desarrolla desde 2013 en el domicilio particular de Pedro Alarcón, un historiador del arte que abre las puertas de su casa en Málaga para acercar la obra de los artistas al público sin "los convencionalismos que rodean a los espacios expositivos de carácter oficial". El modelo, explican, es "el espíritu de la kunsthauss -casa del arte-, propiciando el diálogo junto y en torno a la obra de arte. Así, los propios artistas provocan encuentros con su público, generándose un programa de actividades en que se cede todo el protagonismo a la obra y sus creadores. Además, diversos espacios de la casa son ofrecidos como lugar de experimentación, dando lugar a intervenciones específicas y proyectos que se nutren de una interpretación del espacio. De este modo podemos afirmar que, como centro de arte que aspira a ser, esta casa es también laboratorio para el arte". En estos años han pasado por el piso de la calle Héroes de Sostoa un buen número de artistas, en su mayoría andaluces, entre los que se encuentran los cordobeses Miguel Gómez Losada y Verónica Ruth Frías.

Un detalle de la instalación de Antonio Blázquez en Casa Sostoa. Foto: José Luis Hernández Galán
Ahora es el también cordobés Antonio Blázquez quien participa junto a Simon Arrebola y María Dávila en Memoria Selectiva, la última entrega de la casa que versa en esta ocasión en torno al recuerdo, la evocación y la memoria. Blázquez presenta 1995, una intervención en un dormitoro de la casa en la que rememora mediante una acumulación de dibujos, fotografías, música y objetos personales el tiempo vivido veinte años atrás. Para Pedro Alarcón la intervención del artista cordobés propicia una experiencia semejante a la de "la apertura de una imaginaria cápsula del tiempo" y explica que es una instalación específica para el dormitorio de invitados "en la que nos daremos de bruces con el Antonio Blázquez preuniversitario en el que se encontraban todas las posibilidades futuras. Esta regresión temporal de veinte años pretende viajar mentalmente a la que fuese su habitación de adolescente, contemplada así como un escaparate de símbolos. El dormitorio como territorio subversivo -rebelde hacia el mundo adulto en el que se está a punto de acceder- y al tiempo como espacio de autodefinición. No hay quizá otro periodo en la vida de un ser humano más preocupado por saber o decidir quiénes somos. Muchos de los elementos que pueblan esta abigarrada instalación son de nueva factura; sin embargo, casi en la misma proporción, encontraremos papeles de aquel Antonio Blázquez que dibujaba en las clases que le aburrían. Fotografías, cintas de cassette y otros objetos personales -amén de una lista de reproducción musical que sonará en todo momento en la habitación- acaban por producir un significativo extrañamiento en el que podemos vernos reconocidos."

Memoria selectiva
Simón Arrebola, Antonio Blázquez y María Dávila
Casa Sostoa, Málaga
Hasta finales de julio



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