Cierra CoMbO, espacio independiente (quizá por eso)

Una de las actividades realizadas en CoMbO. Foto: Ars Operandi
Tete Álvarez / Ars Operandi

Hay noticias que nunca quisiéramos tener que dar y ésta es una de ellas. Después de una travesía que ha durado poco más de dos años cierra sus puertas CoMbO, el espacio independiente más significativo con que contaba la ciudad. Auspiciado por Gaby Mangieri y Javier Orcaray, CoMbO nació como el lugar desde donde dar visibilidad a los proyectos que se realizaban en la Residencia de artistas La Fragua que ambos dirigen en Belalcázar. Al equipo formado por la pareja pronto se suma el crítico y comisario de arte Jesús Alcaide. Juntos han sido responsables de una programación que además de exposiciones y performances ha incluido jornadas de debate, conferencias, presentaciones de libros y revistas, un club de lectura, conciertos y actividades didácticas. Toda una bocanada de aire demasiado fresco para una ciudad que permanece anquilosada en el tiempo y que contempló con indiferencia todo lo que allí acontencía.

Cartel de Pause,  jornadas de arte contemporáneo en Córdoba
En estos dos años por el espacio de la calle García Lovera han pasado artistas internacionales como Anders Grønlien, Tommy Høvik, Natalie Häusler, Karen Nikgol, Tobias Sjöberg o Shan Kelley; nacionales como Iván Izquierdo, Pablo Capitán del Río, Fernando M. Romero, Ángel Masip, David Bestué o Ira Lombardía o muestras colectivas  como Undocuments No somos tan raras.  En muchos casos los artistas fueron invitados a una estancia en Córdoba para trabajar en la construcción de nuevos imaginarios de la ciudad. Así, Karen Knigol presentó series basadas en la Semana Santa y la performatividad mediterránea, el canadiense Shan Kelley tomó como referencia la figura de Pepe Espaliú para desplegar un trabajo realizado en los espacios de cruising de la ciudad y David Bestué ofreció una relectura del poeta Juan Bernier, como representante de una Córdoba oculta y no oficial. Esta voluntad de incidir en el proceso de construcción cultural de la ciudad llevó a CoMbO a organizar jornadas de reflexión y debate como Pause, al hilo de la celebración del 60 aniversario de la primera exposición de arte contemporáneo en la ciudad de Córdoba, o RE-VIEW, las jornadas que en torno a la imagen actual se plantearon desde CoMbO y Blow Up, otro espacio independiente recientemente desaparecido, coincidiendo con la Bienal de Fotografía.

Aspecto de la intervención de Fernando M. Romero en la fachada de CoMbO. Foto: FMR
A.O.: Parece que después de haberlo intentado durante dos años en los que habéis sostenido totalmente la programación y las actividades del espacio de la calle García Lovera, los números son tozudos y el proyecto es imposible de mantener económicamente ¿Cuáles son las circunstancias que han abocado al cierre de CoMbO?

CoMbO: En principio hay que resaltar que CoMbO era un programa cerrado de cinco meses, temporal, experimental, con una programación de intercambio internacional con artistas, algo que para nosotros faltaba en la ciudad de Córdoba y que comenzamos con el artista noruego Anders Grønlien. Fue la propia comunidad que se creó en torno al proyecto la que nos llevó a continuarlo sin tener una fecha límite ni un horizonte temporal. En este sentido, nos gustaría diferenciar entre CoMbO como un espacio físico localizado en el centro de la ciudad de Córdoba, y CoMbO como un proyecto colectivo que al igual que todo proceso vivo, tiene sus ciclos y mutaciones. La energía no se pierde, se transforma, por lo tanto CoMbO sigue abierto. Tal y como hablábamos hace unos meses con Martí Manen, este tipo de espacios independientes, tiene cada uno su propio ciclo de vida y devenir. No es lo mismo un espacio de similares características en Suecia que aquí, una cuestión que ha sido determinante a la hora de abordar este proceso. En este momento la prioridad es programar y generar actividad, no necesariamente en una sede permanente.

I see the darkness, instalación de Ira lombardía en CoMbo. Foto: Ars Operandi
A.O.: Como decís CoMbO desaparece como espacio físico pero no desaparece como espacio de generación de proyectos; organizásteis Jaque a la institución, uno de los curso de verano de Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) que contó con la presencia de Martí Manen, Peio Aguirre o Manuel Segade, entre otros y de hecho continuáis trabajando en algunos de los que están en marcha como la residencia en la ciudad del artista argentino Antonio Gagliano. ¿Vais a seguir desarrollando propuestas, articulando espacios de debate? ¿Serán aquí en la ciudad?

CoMbO: Sí, nos gustaría seguir trabajando en la ciudad, así como en cualquier contexto donde los afectos sean un factor importante. Y por supuesto aprovechar todas las redes y conexiones que hemos construido a lo largo de estos dos años para seguir aprendiendo, generando espacios de dialogo, siendo críticos e independientes y disfrutando con lo que hacemos.

Vista de la exposición de David Bestué en Combo. Foto: Ars Operandi
A.O.: Una de las virtudes de CoMbO era su voluntaria falta de definición, nunca abogasteis por ser una galería de arte aún ofreciendo una oferta muy similar a éstas. ¿Se convirtió esa virtud en una de vuestras debilidades?, ¿Por qué no estabais interesados en ocupar el espacio de una galería de arte comercial? Al fin y al cabo trabajabais con artistas que el mercado en muchos casos reconoce como David Bestué, premio ARCO de la Comunidad de Madrid o Pablo Capitán del Río, premio Mustang al mejor artista joven de Just Mad.

CoMbO: El coleccionismo en Córdoba no está en general en la misma sintonía que las propuestas artísticas que a nosotros más nos interesan. Salir fuera e incluso internacionalizar la actividad requiere el aprendizaje de una nueva profesión, la de galerista, así como una inversión económica para entrar en el mercado internacional como se merecen los artistas con los que hemos trabajado. Además, este no es ni nuestro interés, ni nuestro camino, porque CoMbO en García Lovera era mucho más que un espacio expositivo. No creemos que esa indefinición de la que habláis sea una debilidad, sino todo lo contrario, es la herramienta para una continua redefinición y gracias a ese carácter hemos conseguido trabajar con muchos artistas y otros agentes culturales que han valorado ese carácter independiente y de proyecto abierto.

Primera exposición de CoMbO. Foto: Ars Operandi

A.O.: El proyecto arranca apoyado en parte por las EEA Grants, que son ayudas de los gobiernos noruego, islandés y de Liechtenstein para contribuir a reducir las desigualdades económicas y sociales respecto a los países menos favorecidos de la Unión Europea, entre ellos España. Resulta curioso que un proyecto que es objeto de apoyo por parte de organismos internacionales no reciba la mínima atención por parte de las instituciones locales. Por otro lado, resulta fácil comprobar como, por parte de los poderes públicos tanto municipales como provinciales, sí hay un apoyo explícito económico a proyectos que en muchos casos aportan muy poco al contexto de la cultura local. ¿Se han mostrado alguna vez las instituciones interesadas en colaborar con el proyecto?

CoMbO: Nos gustaría aclarar que las ayudas de la EEA sólo sirvieron para apoyar el primero proyecto producido por Anders e Iván, así como una pequeña partida para el acondicionamiento del local para esta utilidad y la apertura del mismo. En cuanto a lo que nos preguntáis sobre las instituciones, se han mostrado interesadas en más de una ocasión, aunque no de una manera clara y eficiente. Aunque parezca una insensatez sigue habiendo un espíritu de esperanza, algún día las instituciones públicas de la ciudad se abrirán a la colaboración con propuestas culturales contemporáneas como CoMbO. No hay vuelta atrás. THE FUTURE IS SELF-ORGANISED.

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