Ars Operandi Videos: Galería Viana. 1992-1994

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Ars Operandi Videos vuelve de nuevo la mirada atrás. Y lo hace hasta 1992, año en que comienza su actividad expositiva la Galería Viana. Ya en 1990 Antonio Povedano recibe el encargo de Alfonso Castilla, director entonces de la Caja Provincial de Ahorros, de dirigir la galería La Caja, situada en la planta sótano del edificio de De La-Hoz, sede entonces de la entidad cordobesa. Dos años más tarde la Obra Cultural pone en marcha un nuevo espacio en unas salas anexas al Patio de la Cancela del Palacio de los Marqueses de Viana.

Si la Galería La Caja dedicó su programación sobre todo a revisar la vanguardia española de finales de los 50 (Grupo El Paso y coetáneos), la Galería Viana optó por tomar el pulso a la creación contemporánea del momento. Así, artistas como Rafael Quintero o Tete Álvarez pudieron realizar allí sus primeras exposiciones individuales. Rafael Cabrera, Ibañez, Ana de la Hoz, Moreno, María Belén Morales, Arne Sørensen, Jacinto Lara, Rafael Navarro y Bengt Lindström completaron una programación que también dio cabida a la exposición Vanguardia española en Córdoba, una selección de artistas españoles próximos al Informalismo, el Expresionismo y la Nueva Figuración.

Ars Operandi aumenta de esta manera su archivo documental con tres exposiciones realizadas en la Galería Viana en 1992 y 1993. Se trata de Soma VII (Rapsodia ultramar) uno de los primeros trabajos de Rafael Quintero (Aguilar de la Frontera, Córdoba, 1961) que combina pintura, escultura y fotografía en una muestra repleta de citas barrocas y referencias cinematográficas. Una pintura que según escribe A. L. Pérez Villén en el texto del catálogo "siempre ha tratado del individuo, del sexo, la muerte y la religión como procesos iniciáticos... Sin embargo, no todo es un pulso existencial con el aroma apocalíptico que parecen desprender estas obras... también hay momentos para el lirismo e incluso para el trasvase de lo onírico a lo empírico, atravesando el espacio yermo que va desde lo orgánico a lo vegetal y lo animal".



El segundo video documenta la exposición de María Belén Morales (Santa Cruz de Tenerife, 1928) que en junio de 1993 llevó a las salas y los patios de Viana una selección de collages, esculturas en hierro lacado y múltiples. Son obras que según afirma Fernando Martín en el texto del catálogo habían sido realizadas ex-profeso para la ocasión "habiendose trasladado la artista a Córdoba para tal fin y constituyendo por tanto una auténtica primicia. Son esculturas, continúa Martín, que poseen "como denominador común una clara tendencia a la expansión, partiendo de un punto de apoyo de dimensiones reducidas y desafiando así en su desarrollo ascendente las leyes del equilibrio... Obras todas que ofrecen una pluralidad de puntos de vista, posibilitando diferentes lecturas".



Por último podemos acceder a visionar Pausa y Tono, primera exposición individual del artista Tete Álvarez (Cádiz, 1964). Álvarez reflexiona aquí sobre la incomunicación en una sociedad marcada por la omnipresencia de los medios de comunicación de masas. Una exposición que introduce los nuevos lenguajes procedentes de los media para utilizarlos como una herramienta más en el desarrollo de las prácticas artísticas.

Una obra que según afirma A. L. Pérez Villén en el texto del catálogo "no se cierra en una sola lectura, precisamente su potencial radica en la multiplicidad de lecturas e interpretaciones de las que puede ser susceptible. Por más que la experiencia del espectador pueda resultar dirigida no es deseo de su autor el erigirse en profeta social. La sugerencia, la pauta abierta a la reflexión sobre la comunicación y la invitación al pensamiento son el objeto de esta instalación que participa de la estética de la recepción como denomina José Luis Brea a aquellas intervenciones creativas para las que es indispensable el concurso del receptor. Sin embargo. el espectador de Pausa y Tono no encuentra más que una proposición interrumpida, una estrategia de suspensión del discurso que debe recomponer a su medida. Construir su propio código idiomático, sus claves interpretativas, establecer las pautas de su comunicabilidad como alternativa a los sistemas imperantes que rigen los procesos comunicativos de los mass-media, esas parecen ser las sugerencias de Pausa y Tono".





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