Sembrar para recoger. El Semillero de Orive

Intervención de Azahara Maldonado para El Semillero de Orive. Foto: Cortesía El Semillero de Orive
 
Noelia Centeno / para Ars Operandi


El Jardín-Huerto del Palacio de Orive se convierte en estos días en un fecundo campo de cultivo donde se siembran, crecen y florecen un buen número de propuestas creativas. El Semillero de Orive es un ciclo mensual auspiciado por la Delegación de Cultura que pretende "desarrollar el conocimiento y la experimentación creativa de las artes plásticas y visuales utilizando como soporte un escenario natural e histórico, en relación con el uso actual de la ciudad y sus habitantes". El proyecto formativo, que trae la firma del artista carpeño y director de Scarpia, Miguel A. Moreno Carretero, propone una serie de talleres donde los jóvenes estudiantes tienen la oportunidad de  desarrollar sus propias propuestas artísticas en un espacio que se revela como un marco más que adecuado para este tipo de intervenciones.

Así, durante una semana al mes, el Jardín-Huerto de Orive se  converte en un laboratorio temporal de interferencias creativas para un grupo de alumnos de diferentes escuelas de arte que son conducidos y asistidos por una pareja de artistas invitados. Estos últimos imprimen la huella del concepto temático a trabajar por las distintas disciplinas. El ciclo arrancó en abril con el encuentro Poesía imaginada, cuerpo y jardín, dedicado a la disciplina fotográfica y al que asistieron un grupo de alumnos del IES Ángel de Saavedra de la asignatura Técnicas y procedimientos de imagen y sonido que imparte José Antonio Modelo Villatoro quien también ha sido el profesor asociado al proyecto. La experiencia creativa vino de la mano de Arturo Comas y Claudia Frau, pareja de artistas emergentes afincados en Sevilla, que vienen trabajando en el campo de acción a través de la poesía visual y el concepto del absurdo. 

Intervención de José Antonio Álvarez para El Semillero de Orive. Foto: Cortesía El Semillero de Orive

Tras un mes de exposición, el segundo ciclo del semillero El huerto como espacio de creación ha ofrecido en mayo el turno a los alumnos de primer curso de Artes aplicadas de la escultura de la Escuela de arte Dionisio Ortiz, acompañados por su tutora Cristina Román. En esta ocasión, la pareja de artistas invitados encargados de dar soporte a sus ideas han sido los sevillanos Ramón David Morales y Gloria Martín, quienes han podido aportar  su experiencia desde la revelación del paisaje como un proceso natural de rutina productiva y relación estética contemplativa y la instalación como un juego entre continente y contenido del emplazamiento. Una reflexión conceptual que ha dado pie a un trabajo colaborativo que ha convertido el jardin de Orive en un parque de esculturas efímero, en el que a través del concepto y la desnaturalización intencionada del objeto, se consigue desviar la invisible mirada del público hacia los cauces de la experiencia artística. 

Y como práctica estimulante, motivadora y enriquecedora, El Semillero de Orive ha sembrado la voz viva y protagonista de unos jóvenes participantes también inquietos ante la crisis actual y sus síntomas emocionales, derivados en la realidad cotidiana del hombre postmoderno. Aspectos tales como la soledad, la indigencia, la incomprensión, la indignación y el hastío, crecen como reflexión de la mala hierba en la sociedad. Por ello ofrecen varios antídotos de abono diario como respuesta necesaria: el juego, la sonrisa y el amor. A la amistad, a las plantas, a los animales, a los orígenes, al trabajo, al entorno, a la ciudadanía… Una cosecha diaria de esperanza, esfuerzo e ilusión, que germina en una mirada alternativa menos utópica y más cercana. 

El Semillero de Orive
Abril, mayo y septiembre de 2013
Jardín-Huerto de Orive
Córdoba

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Proyecto fantástico. Manolo Garcés