Desde Londres: Magdalena Madueño
Tras la pionera subasta de dos días en Sotheby’s de lo nuevo de Damien Hirst, sólo hay una cosa clara: el artista ha cosechado un triunfo espectacular. A pesar de la recesión que está atravesando la economía mundial, el artista de Bristol consiguió recaudar más de 140 millones de euros el pasado lunes gracias a sus animales inmersos en formaldehído, collages de mariposas muertas y colillas de cigarros. Pero lo que la venta significa realmente para sus coleccionistas y para el mercado del arte es todo un enigma.
En el mercado del arte de élite, donde los récords han estado subiendo y bajando durante años, el listón es tan alto que nada es lo que parece ser. El pasado año Hirst ya vendió la obra de arte contemporáneo más cara del mundo, For the love of God, una calavera humana realizada en platino y cubierta de diamantes. Sin embargo, se supo que él formaba parte del consorcio que compró la obra en cuestión por unos 6.35 millones de euros.
En la subasta de la tarde del lunes 15 de septiembre un colorido tríptico con mariposas llamado Heaven can wait se vendió por casi 1.1 millones de euros, un remate muy superior a los 635.000 € que se estimaron en principio. El comprador que marcó el paso de la noche fue Jay Jopling, fundador de la galería White Cube de Londres, que lleva a Damien Hirst. ¿Un hecho fortuito o premeditado?. La respuesta está en el aire, sobre todo teniendo en cuenta que tanto White Cube como
La casa de subasta ha sido felicitada a lo largo de la semana pasada por vender hasta la última pieza que ofrecía. Su estrategia dependió de los mercados emergentes de Rusia, India, China y Oriente Medio, que han añadido una profundidad sin precedentes a la piscina del mercado del arte. Uno de cada cinco compradores que estuvieron en la subasta del lunes eran nuevos en Sotheby’s, y uno de cada tres no había comprado arte contemporáneo con anterioridad, un patrón que se repitió el día 16 de septiembre.
Con una recaudación total de más de 140 millones de euros en el bolsillo - menos el 40% que debe entregar a
Pero la duda sigue planeando en el ambiente artístico londinense, ¿realmente el artista británico ha cosechado tanto éxito como parece o por el contrario le han ayudado sus socios?. Nadie se atreve a señalar a nadie, pero curiosamente el nombre de Jay Jopling sale de nuevo a la luz. Ni Sotheby’s ni White Cube Gallery se han manifestado al respecto.
Por el momento Hirst ya ha amenazado con repetir una subasta como Beautiful inside my head forever –de la que ya hablamos en Ars Operandi el pasado 25 de junio- en un futuro cercano. ¿Y quién proveerá las obras?, Frank Dunphy, manager de Hirst, quien ha dicho del artista que no hay quien le iguale en fama y productividad.
Declaraciones como estas han provocado un sinfín de reacciones. Muchos han tildado la estrategia de Hirst de egocéntrica y sensacionalista, otros sencillamente la han calificado como fantástica e innovadora. No obstante, el círculo que rodea al astuto Hirst ya ha contado que éste ha hecho dos generosas donaciones a ONG’s británicas relacionadas con la infancia. ¿Operación de marketing?. A todo esto hay que sumar las voces que apelan a Hirst para que salve los tizianos del Duque de Sutherland, un grupo encabezado por la periodista especializada en arte, Charlotte Higgins, quién escribió “¡Vamos Hirst, compra los tizianos del Duque para la nación!” en el diario The Guardian. De ser cierto, Hirst un hombre rico más allá de los sueños de muchos de los mortales, podría convertirse en un auténtico héroe nacional.
Comentarios
Este artículo da para reflexionar bastante.
Por lo que yo sé Sotheby's se lleva un 20% de comisión, pero quién sabe si en este caso es algo más.
Un saludo.