Gotelé

TRIBUNA ABIERTA
por Andrés García Ibáñez
www.museocasaibanez.org
 



En los años sesenta y setenta, con la locura inmobiliaria desarrollista del final del franquismo, proliferó en España una nueva técnica de pintura en paredes y techos interiores: el gotelé. Su función era disimular los paramentos que no estaban maestreados o los que tenían una chapuza de revoco, fuese yeso o mortero. Consistía en proyectar con una máquina infinidad de gotas de una masa plástica que se quedaban pegadas a la superficie. Después se pintaba encima y a correr. La técnica tuvo tal éxito que continuó en los ochenta y los noventa, aunque en esta década comenzó su declive. Empezó a verse como emblema de decoración cutre y casposa, para catetos burgueses ansiosos de aparentar calidad e higiene; las cosas de quiero y no puedo. Todavía hoy se sigue usando en muchos pueblos y ciudades, aunque, ciertamente, es ya una práctica residual.


Imaginen que acaban de construir en un pueblo, cabeza de comarca, una macrodiscoteca de 1400 m2 libres en su salón de baile, cubierto con una estructura metálica revestida de paneles revocados luego con yeso, ofreciendo, de este modo, un techo liso. El local se llamará “la gruta”. El hortera del propietario, que no tiene proyecto de decoración ni tan siquiera malo, le pide al pintor de brocha gorda que le haga una pintura sicodélica. Y llega el loco de la máquina gotelé y empieza a chorrear aquello, como si fueran estalactitas; las más largas acaban desprendiéndose y quedan las más pequeñas. Después, a pistola, manchas de colores chillones, sin orden ni concierto. Imagina el paleta el efecto, deslumbrante, que producirá el techo cuando incidan sobre él los focos multicolores y móviles, sicodélicos también, del local. Orgulloso de su ocurrencia, triplica el precio del m2 de pintura llegado el momento de cobrar. El propietario se queja pero acaba abonando; contento en el fondo, tan ignorante en su cutrez.


La apoteosis del Kitsch; no sólo por lo que se hace, también por lo que se paga. Veinte millones de euros repartidos en 1400 m2; unos dos millones y medio de las antiguas pesetas el metro. Y para más INRI, se establecen analogías con los grandes muralistas de la historia, como Miguel Ángel, y se insulta a otros, también importantes, como Sert. Curioso concepto del talento y del ingenio el que tiene esta sociedad de enfermos mentales, desbocada en su caída. Un insulto a la inteligencia, una caradura apoteósica, un prestigio de paletos; el traje nuevo del emperador. Hemos sido los introductores del gotelé, parafraseando a Benito, en la ONU. Eso sí, con treinta años de retraso y a precio de oro.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Imagino que usted lo habría hecho mejor y a un precio más apañaito, menos hortera. ¿no es así?
Anónimo ha dicho que…
Por primera vez en lo que va de mes, y no es poco, que leo un comentario sensato sobre la "gran maravilla" de la ONU.
...pero claro, la ONU a esto nos tiene ya acostumbrados, no?
Por cierto, conozco su pintura, he visitado su museo en Olula del Río, y mi más sincera enhorabuena. Es usted un artista.
Atelier Segura ha dicho que…
En vista de la libertad insultante con la que expone su parecer, utilizando el sarcasmo y un evidente claro mal gusto, me tomo por "alusiones", el poner así en lugar las mías con estas pequeñas afirmaciones; unas en rima, otras sin mirar por encima, más todas ellas desde ésta, mi cocina.

DECÁLOGO PENSANDO EN ALTO
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1. Ser retratista, no implica ser artista.

2. La incomprensión del verdadero arte,
no exime a quién no lo comparte.

3. A la genialidad le salen más pronto detratactores, que no alcanzan a ver, que honestos admiradores.

4. El desconocimiento del engreído, repercute tanto o más que no haber leído.

5. Como no puedo callar, sus retratos (Sr. Ibáñez), vacíos, de revista Lhola semanal, me transmiten ná.

6. Al señor Dante he de nombrar, pues en este sexto lugar, –un pecado hay–, que en España es popular.

7. Conforme avanzo en estos puntos, mi alusiones pierden intensidad, pero no razones, pues a este verdadero artista ironizado de "gotelé", no le ven con muy buenos ojos quienes ni comprenden ni conocen, ni pueden ver., Y lo que es peor, que nunca verán, ni comprenderán ni entenderán, pues: es tal, la distancia a la que se encuentra de quienes sostienen categóricos "creadores" que "el cielo es sólo azul", como la distancia existente entre un polo y otro de no se sabe que planetas.

8. Un momento de reflexión, por favor...

9. Mire Ud. le escribe alguien que, –podría decir, que no se hacer la "o" con un canuto–, aunque también podría decirle que la "o" la podría hacer de muy diversas formas y utilizando muy diversos métodos, y que éstos serían propios. Cada cual que piense libremente. Así en la propia evolución de uno mismo, lo primero que se aprende, es a ser humilde y respetuoso con sus semejantes. La verdad sólo la puede poseer quién la busca verdaderamente. Barceló lo hace. Ud. tengo bastantes dudas.

10. Conclusiones no he de dar, pues muy a mi pesar, noto en mis palabras un cierto aire de malestar, que me culpo por no poder evitar y espero si le han ofendido (Sr. Ibáñez), me sepa Ud. disculpar...

Tan sólo mi opinión quise dar.